Federico Sturzenegger, expresidente del Banco Central de la República Argentina, estuvo presente en el Foro Estabilidad, Productividad e Inestabilidad, durante el cual se discutió sobre los criterios que deben guiar el desarrollo económico nacional para mejorar las condiciones para que la empresa privada siga invirtiendo y generando oportunidades de trabajo para la población. Conversamos con él.
En los últimos 35 años Bolivia ha experimentado un entorno económico estable, pero con desbalances fiscales y externos cada vez mayores. El siguiente gobierno deberá encarar una estrategia de rebalanceo para preservar la estabilidad, sin comprometer los logros económicos y sociales recientes. Federico Sturzenegger, expresidente del Banco Central de la República Argentina, compartió durante el Foro Estabilidad, Productividad e Inestabilidad la experiencia de la administración Macri al respecto, resaltando sus errores y aciertos. De igual forma, indicó sus apreciaciones sobre los regímenes cambiarios, un tema en el cual es un experto reconocido a nivel mundial.
En su visión y experiencia, ¿cuál es el rol de la empresa en el desarrollo económico? ¿cómo podría mejorarse?
El rol de la empresa es central, es el nodo de innovación y aumento de productividad que luego da origen a su capacidad para generar empleo y riqueza. Mi impresión de Argentina,
es que tenemos un potencial muy grande, pero que se encuentra demasiado dificultado por un exceso de regulaciones y restricciones impuestas por múltiples capas geológicas de regulaciones.
Creo que si nos animáramos a confiar en nuestro propio poder para hacer y crear, nos iría mejor. Ahora sí, siempre hay que estar vigilantes para que las empresas se desenvuelvan en un ambiente competitivo, porque ese ambiente es el que las empuja a proveer los mejores y más baratos servicios a la sociedad.
¿Cuál es su lectura de la coyuntura internacional? ¿qué implica para los países emergentes?
Para mí, el mundo está en un proceso de cambio y crecimiento que se acelera cada vez más. Nunca el cambio fue tan rápido, pero nunca más volverá a ser tan lento. Estos cambios para mí implicarán ganancias increíbles en la productividad y riqueza, pero presentan desafíos, por ejemplo ¿qué pasará con la energía? Si la tecnología mejora y mejora, no es inconcebible pensar que en unas pocas décadas no sean necesarios los combustibles fósiles. Pues bien, ese es un tema que hay que tener en el radar. Argentina sin duda, por Vaca Muerta, pero Bolivia claro que también.
Los países latinoamericanos son ricos en recursos naturales ¿Cómo podrían salir de los ciclos sobre la propiedad de estos recursos nacionalización/privatización)?
Lo anterior que comentábamos, indica que quizás no sea una mala idea acelerar el hacer caja esos recursos, no vaya a ser que en el futuro no valgan nada. Ahora acelerar eso no quiere decir luego “gastemos toda esa plata”. Los noruegos por ejemplo tienen un esquema para mí interesantísimo. Toda plata que recaudan la guardan en un fondo, y de ese fondo solo sacan cada año el rendimiento real (es decir que se aseguran de que el fondo crezca con la inflación mundial). De esta manera, cada dólar de recursos naturales se transforma en un ingreso que va a durar para siempre. Eso está buenísimo, pero claro, implica que no lo podés gastar cuando lo obtenés. Las sociedades maduras logran pensar en el futuro, con la misma responsabilidad que en el presente. Me parece que son modelos sobre los que reaccionar. Y ojo, el problema no está en la gente. Esto la gente lo entiende perfecto, creo que muchas veces es la política la que es excesivamente cortoplacista.
En esa línea, ¿es posible tener empresas públicas que contribuyan al bien común?
Claro que sí. Yo fui presidente de una empresa pública en Argentina, que logramos hacerla muy rentable y creo que una muy buena empresa. Pero las empresas públicas tienen enormes problemas de incentivos. ¿Quién es el dueño? ¿Quién cuida cada centavo como si fuera propio?
Estas estructuras de gestión tan débiles por la gran distancia que existe entre el dueño (toda la sociedad) y las autoridades, yo creo que hace que las empresas públicas tengan una tendencia a la ineficiencia y el déficit. Sus objetivos no son claros y la política los mueve como una vela.
Por ello, yo creo que hay que pensárselo mucho. A menos que haya una razón muy importante, no veo porqué deberíamos apoyarnos mucho en este tipo de organización. Y cosas que en algún momento parecían que sí o sí tenían que estar en manos del Estado, al día siguiente resulta que no. Por ejemplo, en Argentina todos pensaban que los teléfonos los tenía que manejar el Estado, hasta que se privatizaron y a partir de ahí a nadie se le ocurrió por qué tenían que ser estatales.
En casos delicados como recursos naturales, si se pretende ir con empresas públicas, es importante que su gestión sea transparente y auditada. En Argentina YPF es un buen ejemplo, es una empresa pública pero que cotiza en la bolsa de Nueva York. Eso y la cotización de la empresa en un mercado libre, genera mecanismos de control independientes que asegura que la empresa se mantiene por el buen camino y sin generarle un costo al Estado.
A su entender, ¿qué fortalezas tiene la macroeconomía boliviana? ¿cuáles debería atender para mejorar?
Bolivia viene de años de crecimiento y estabilidad que es central mantener. Para mí hoy por hoy quedó con un déficit alto quizás porque se pensó en algún momento que los precios de los commodities se podrían recuperar. Yo creo que la pata angular de preservar la sustentabilidad macroeconómica es empezar a transitar un sendero de convergencia fiscal. No tiene que ser exagerado, apurado, pero tiene que ser a paso firme y clara la dirección. Creo que a los sectores más pudientes les cabe una responsabilidad importante en contribuir a ese proceso.
Usted es un experto en regímenes cambiarios. Sobre la base de su experiencia, ¿cómo ve este dilema para economías como la boliviana?
Yo soy un gran defensor del tipo de cambio libre. Mi investigación académica me dice que los países con tipos de cambios flotantes crecen más y tienen menos volatilidad. Pero Bolivia se acostumbró a una gran estabilidad cambiaria y creo que eso si en Bolivia se considera importante hay que preservarlo. La mejor manera de hacerlo es corrigiendo lo fiscal, porque si se corrige lo fiscal se van a corregir los desequilibrios externos. Una alternativa que quizás se pueda considerar es migrar muy lentamente, a un esquema como el israel, que de un tipo de cambio fijo fue abriendo unas pequeñas bandas que pudo ir ampliando en un contexto de total tranquilidad. Pero lo importante es poner lo fiscal en una trayectoria sustentable. Si no se entiende esto, miren lo que pasó con la gestión de Macri.
También es reconocido por su análisis de la economía en el gobierno de Mauricio Macri. ¿Cuáles fueron los aciertos y cuáles los fracasos?
Ahí lo decíamos. La gestión de Macri heredó un déficit importante que decidió reducir de manera gradual. Para mí, esto no fue un error y de hecho el mercado lo compró y apoyó. El problema, fueron dos.
En vez de acometer la reducción del déficit, aunque tranquilo desde el día uno, en su primer año se dio un deterioro muy marcado de la situación fiscal, es decir se fue en el sentido equivocado. Aun así, los mercados siguieron confiando y Macri ganó las elecciones de medio término. Pero después de ese éxito, cuando debería haber encarado ya sin demoras la convergencia fiscal, impulsó una reforma tributaria que bajaba impuestos y debilitó al Banco Central. Ambas cosas derivaron en una crisis de financiamiento de la cual ya no supo luego cómo salir.
Finalmente, y dada su experiencia en el sistema financiero, ¿hacia dónde se dirige éste en las economías emergentes? ¿hacia dónde se debiera dirigir?
El digital onboarding y los bancos digitales van a cambiar radicalmente el juego. Un banco digital no usa sucursales, no tiene costos operativos, casi. Esto es un cambio radical. Y el usuario accede si tiene un celular. El desarrollo de la banca digital va a dar más acceso y más inclusión, y la regulación debería permitir que pueda desplegarse a toda velocidad. En mí gestión en el Banco Central fui un gran impulsor de estas y otras medidas que están logrando un aumento fenomenal de la inclusión financiera en Argentina. No veo por qué no podría replicarse esto aquí en Bolivia.
¿Alguna reflexión final?
Hago votos para que el empresariado tenga la inteligencia de acompañar al nuevo gobierno, cualquiera sea su signo, en ese proceso de convergencia fiscal. Con estabilidad, y mayor libertad para desarrollarse, veo un futuro promisorio para Bolivia.
PERFIL FEDERICO STURZENEGGER
Profesor Plenario, Universidad de San Andrés Vito Dumas 284 (B1644BID) Victoria, Buenos Aires, Argentina (54-11) 4725-7051 Actualmente es Profesor Plenario Universidad de San Andrés, Profesor Honoris Causa HEC, Paris y Senior Partner Latus View. Tiene un doctorado en Economía en el MIT (1991), fue Profesor Asistente de Economía en UCLA (1991-1995), economista jefe de YPF ( 1995-1998), Decano de la Escuela de Negocios de Di Tella ( 1998-2000/2002-2005 ), Secretario de Política Económica de la República de Argentina (2001) , profesor visitante de políticas públicas en la Escuela de Gobierno Kennedy de la Universidad de Harvard (2005-2007), Presidente del Banco Ciudad de Buenos Aires (2008-2013), Diputado de la Nación (2013-2015) y Presidente del Banco Central de la República Argentina (2015-2018). Ha escrito o editado ocho libros, y ha publicado numerosos trabajos en el ámbito de las finanzas internacionales y macroeconomía. En 2005, el Foro Económico Mundial de Davos, lo eligió como Joven Líder Global. En 2006 recibió el premio Konex por su contribución a la teoría económica.