El Sistema B es un movimiento global que busca que las empresas generen impacto positivo para el mundo, es decir que produzcan no solo una rentabilidad económica, sino también un impacto social y ambiental en la sociedad.
Una Empresa B es aquella que trabaja con la convicción de que puede ser un agente de cambio y contribuir a la solución de las grandes problemáticas sociales y ambientales del mundo. Ser Empresa B significa demostrar que es posible perseguir un triple impacto en la sociedad (económico, social y ambiental) de manera simultánea, con un compromiso de mejora permanente, legal y a largo plazo. Por eso las Empresas B protegen su misión y cumplen un estándar para poder certificarse como tal.
El Sistema B es un movimiento global que apunta a que una economía pueda crear valor integral para el mundo, promoviendo formas de organización económica que puedan ser medidas desde el bienestar de las personas, las sociedades y la Tierra, de forma simultánea y con consideraciones de corto y largo plazo.
Recientemente, en CAINCO se realizó el primer Encuentro de Empresas Triple Impacto en Bolivia, impulsado por la firma Natura y con la co-organización de Fundare Santa Cruz. La iniciativa se realizó con el objetivo de posicionar en el país este modelo de negocios que se expande a nivel global, que además del valor económico, genera valor social y se preocupa por el medioambiente.
Es así que las empresas triple impacto tienen estrecha relación con el Sistema B, que impulsa e invita a medir el impacto y el rendimiento de aquellas compañías que tienen esos tres pilares como la esencia de sus negocios.
Durante el encuentro, los participantes tuvieron la oportunidad de conocer las herramientas que miden el rendimiento de las empresas de triple impacto y las tendencias alrededor del mundo relacionadas con este nuevo paradigma. Se espera con ello convertir a Bolivia en un actor más en esta visión de negocios sustentables y en un futuro cercano abrir Sistema B en el país.
Esta iniciativa ha conseguido el compromiso de académicos, directores, ejecutivos y accionistas de las compañías. Es así que del encuentro participaron entendidos en el tema como Dioselinda Roa, coordinadora de Sistema B de Uruguay, quien explicó qué es Sistema B, qué son las Empresas B y los beneficios de estos modelos de negocio; así como Alfredo Zepeda que llegó desde Chile para exponer el caso de éxito de la empresa que dirige ‘++Zepeda’, que ha quintuplicado sus ventas, centrando sus objetivos empresariales al cuidado de sus colaboradores.
“Es importante conocer a las empresas que asumen el compromiso de ser parte de este movimiento con el objetivo de lograr un cambio y brindar soluciones a problemas sociales y ambientales, desarrollando sus actividades con altos estándares de desempeño y transparencia”, manifestó Valentina Forno, gerente de Marketing de Natura.
En ese sentido, del evento también participaron los ejecutivos de Mamut, la primera empresa boliviana del sector de la industria en certificarse como Empresa B.
“Somos una empresa de materiales sostenibles para la creación de ciudades sostenibles. Hemos visto que había un problema con las llantas usadas en Bolivia por lo que, a través de una economía circular no tradicional e innovadora, las transformamos en pisos de goma amortiguantes que generan beneficio en la calidad de vida de la gente en todo Bolivia, y ahora también en Panamá y Paraguay”, sostuvo Manuel Laredo, gerente general de Mamut, startup boliviana que brinda seguridad a través de productos sostenibles, nacida el 2013 y que en solo cinco años pasó de ser una idea a ser una empresa mediana que exporta a otros países.
“Hemos logrado reciclar aproximadamente 900 toneladas de caucho reciclado, lo que corresponde a aproximadamente 225mil llantas en desuso, cambiado con ello la realidad de alrededor de 500mil personas”, señala Laredo.
Mamut es parte del movimiento que genera Triple Impacto
En América Latina hay 425 Empresas B certificadas, en Bolivia Mamut es la segunda empresa certificada luego de BILD (Empresa que brinda soluciones de agua potable, liderada por Daniel Andrade) y la primera empresa industrial a nivel nacional.
Mamut ahora forma parte de una red global de empresas y organizaciones que busca desde su misión y estatutos lograr un triple impacto demostrable (económico, social y ambiental).
Para poder certificarse como Empresa B, Mamut demostró su desempeño a través de la Evaluación de Impacto B en cinco ámbitos sobre los que influye la acción de la organización: su modelo de negocio, gobernanza, empleo, medio ambiente y comunidad.
“Nosotros sabíamos que necesitábamos mejorar nuestra empresa, pero también que necesitábamos certificar este impacto que estábamos logrando. Es así que tomamos la decisión de alinearnos al cumplimiento de las necesidades y requerimientos del sistema B.
Comenzamos el proceso de certificación hace aproximadamente un año y medio. Antonio Laredo, que es el encargado financiero de la empresa, fue quien participó del curso de multiplicador B, y después de la reunión de Empresas B en Sao Paulo, Brasil. Fue ahí que nos dimos cuenta que el Sistema B tenía una cosa muy linda: una comunidad. Es decir, además de que tú certificas tu impacto, perteneces a una comunidad de Empresas B que están buscando lo mismo: crear un impacto económico, pero pensando en el bien social y medioambiental”, relata Laredo.
“De esa forma fue que comenzamos con el proceso de certificación. Al regreso de ese viaje, hicimos la plataforma “Mide lo que importa” y después, directamente con la central que está en Baltimore, Estados Unidos, presentamos todos los papeles y todos los comprobantes para demostrar que realmente cumplíamos con todo el impacto que decíamos. Esta es una certificación internacional en Estados Unidos, entonces para nosotros como empresa, y como trabajadores, es un orgullo tenerla”, sostiene.
¿Quiénes pueden certificarse en el sistema B? se le pregunta a Manuel. Y nos explica que efectivamente existe una estructura de cumplimiento a la que debe regirse toda empresa que quiera ser Empresa B. Lo interesante, dice Laredo, es que muchas empresas bolivianas ya desarrollan proyectos de impacto, pero no los miden.
Uno de los primeros pasos es acudir a la evaluación que se encuentra en el portal “Mide lo que importa”, que es gratuito, para analizar el nivel de cumplimiento que tiene una empresa en los estándares de impacto según el Sistema B. En base a los resultados se puede hacer plan. Si ya se cumple con los estándares, se pasa a la etapa de certificación; y si no, la empresa puede alinear sus objetivos anuales al cumplimiento de estos estándares.
Por lo tanto, si una empresa no cumple con ellos, no significa que no los pueda cumplir. Hay una etapa que se llama “bependiente”, para todas estas empresas que quieren ser B y que todavía no tienen la capacidad de serlo, pero que en su estrategia anual están generando alineamientos.
Actualmente, Mamut cuenta con una planta industrial completamente sostenible. El 25% de la energía que se necesita para hacerla funcionar proviene de paneles solares y cuenta con un sistema de acopio de agua para regar una huerta, aspectos con los que generan un impacto bastante positivo tanto en la región como en la comunidad.
“Somos una planta sostenible, somos carbono neutro. Ese concepto de que las empresas no pueden ser sostenibles y de que tienen que quemar, lo estamos eliminando, demostrando que una empresa mediana, que solo fue una idea hace cinco años, tiene la capacidad de hacer todo esto. ¿Por qué una empresa grande no podría hacerlo?”, señala Manuel.
En Mamut trabajan 35 personas en total, con oficinas en La Paz, Cochabamba, Santa Cruz, y Paraguay. La planta se encuentra en la ciudad de Cochabamba.
Mamut ha sido acreedora de varios premios a nivel nacional e internacional:
- Primer lugar Mención Idea “Material innovador de construcción” INNOVA BOLIVIA 2013.
- Primer lugar Mención “Solución Para la Construcción y Viviendas” Premio Nacional a la Excelencia para el vivir Bien 2014.
- Premio “Competencia de Talento e Innovación de las Américas” TIC AMÉRICAS 2016.
- Premio “Categoría Empresarial” INNOVA BOLIVIA 2016.
- Ganador de “Premios Latinoamérica Verde 2017” (categoría: Manejo de Residuos Sólidos)
- Distinción Honorífica “Libertad de Tunari” 2017 (en el grado “Al mérito científico”)
- Premio Proyección de Bolivia en el Exterior-Clubes de Ciencia Bolivia, 2018.
- Ganador VIVA Premios Schmidheiny 2018 (categoría empresas con impacto ambiental)
- Reconocimiento al espíritu emprendedor e innovador, Federación de Entidades Empresariales de Cochabamba, 2018
- Reconocimiento a las Buenas Prácticas de Desarrollo Sostenible – ODS 2018
- Premio Nacional a la Excelencia para el vivir Bien 2018 del Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural, 2018.
¿Qué es una empresa B?
La Empresa B combina la rentabilidad con la solución a problemas sociales y ambientales aspirando a ser la mejor empresa para el mundo y no solo del mundo. Además, cumple con rigurosos estándares de gestión y transparencia, que van mejorando continuamente.
El propósito de la empresa está al centro, y en torno a éste se construye un Modelo de Negocios que genera los ingresos de la empresa. Alineado a este propósito y modelo de negocios, se consideran las acciones de la empresa en cuatro áreas: Gobernanza, Trabajadores, Medioambiente y Comunidad.
Este nuevo tipo de empresa nace en 2006 en Estados Unidos de la mano de B Lab -creadora del modelo- y llega a América Latina en 2012 a través de Sistema B. Con el objetivo de impulsar un entorno propicio para cambiar la manera convencional de hacer negocios y facilitar la evolución de la economía hacia la sostenibilidad, enfocado en el bienestar de las personas, la sociedad y la Tierra.
Una Empresa B persigue el Triple Impacto:
- Propósito: Crear impacto positivo en el ámbito social y el ambiental.
- Responsabilidad: Tener en cuenta como fin primordial los intereses de los trabajadores, la comunidad y el medio ambiente.
- Transparencia: Publicar informe anual sobre el impacto social y ambiental certificado por un organismo externo e independiente que le de veracidad a tus datos.