El Índice Global de Innovación 2019 es el termómetro con el que anualmente las economías miden el desempeño de sus Ecosistemas de Innovación y analizan sus fortalezas y oportunidades. Este año el reporte mantiene a Suiza a la cabeza del ranking y trae algunas sorpresas en el continente asiático. A continuación, Santa Cruz Innova nos comparte los principales resultados de este reporte.
El 25 de julio pasado, Nueva Delhi, India, fue la sede del lanzamiento de la duodécima edición del Índice Global de Innovación (IGI), un reporte realizado por la Universidad de Cornell y la Organización Mundial de Propiedad Intelectual y la Escuela Francesa de Negocios INSEAD.
El objetivo del informe es presentar una clasificación de las capacidades y resultados de innovación de las economías mundiales. El índice incluye indicadores que van más allá de las medidas tradicionales de innovación, como el nivel de investigación y desarrollo y trata de identificar el potencial que tiene una economía de producir bienes y servicios innovadores. El reporte que se realiza anualmente mide el rendimiento en innovación de 129 economías en todo el mundo, basado en 80 indicadores que reflejan el ambiente institucional, el sistema educativo, actividades de investigación y desarrollo, infraestructura y diferentes formas de creatividad, conocimiento y resultados de innovación.
El reporte permite a cada país comparar su rendimiento y capacidad con otros 128 Estados en 7 pilares: instituciones, capital humano e investigación, infraestructura, sofisticación de mercado, sofisticación de negocios, resultados conocimiento y tecnología, y finalmente un pilar de resultados de la creatividad divididos en dos subíndices.
El resultado del IGI 2019 se calcula con el promedio de los dos subíndices: el Subíndice de Insumos de Innovación, que mide elementos de la economía nacional que incorporan actividades innovadoras agrupadas en cinco pilares: instituciones, capital humano e investigación, infraestructura, sofisticación del mercado y negocios sofisticación; y por otro lado, el Subíndice de Resultados de innovación, que captura evidencia real de resultados de innovación, dividida en dos pilares: Resultados de conocimiento y tecnología y Resultados creativos.
Los resultados globales: los principales actores del sistema de innovación mundial
Sin grandes cambios respecto al 2018, encabezan el ranking 2019: Suiza, Suecia, Estados Unidos, Países Bajos y Reino Unido. Siendo estos países los principales productores de ideas innovadoras tantos productivas como de servicios y tecnología.
El Índice también identifica a India, Sudáfrica, Chile, Israel y Singapur como líderes regionales, y encontró a China, Vietnam y Ruanda encabezando sus grupos de ingresos.
En su edición número 12, el Índice Global de Innovación es un punto de referencia mundial que ayuda a los hacedores de política pública a comprender mejor cómo estimular y medir la innovación, un motor principal del desarrollo económico y social clasificando las economías más allá de las mediciones tradicionales como inversiones en investigación y desarrollo y solicitudes internacionales de patentes y marcas hasta indicadores más sofisticados, como la creación de aplicaciones para teléfonos móviles y exportaciones de alta tecnología. Por otro lado, el reporte también analiza el contexto económico identificando que, a pesar de los signos de desaceleración del crecimiento económico a nivel global, la innovación continúa floreciendo, particularmente en Asia.
El panorama global de la ciencia, la innovación y la tecnología ha experimentado cambios importantes en las últimas décadas. Las economías de ingresos medios, especialmente en Asia, contribuyen cada vez más a la investigación y el desarrollo (I + D) y a las tasas de patentes internacionales a través del Sistema Internacional de Patentes de la OMPI.
Sin embargo, el contexto internacional presenta en el 2019 un escenario difícil para el comercio internacional precedido por la implementación de algunas políticas proteccionistas por parte de grandes economías como Estados Unidos y China que podrían perjudicar la compra y venta de bienes y servicios innovadores.
El desempeño latinoamericano
La innovación sigue siendo un desafío para América Latina. Las tres principales economías de acuerdo al ranking en nuestra región son Chile en la posición 51, seguido de Costa Rica en la posición 55 y México en la posición 56.
Chile mantiene su fortaleza en variables institucionales y registra mejoras en las variables relacionadas con la educación, con un mejor desempeño en patentes, modelos de utilidad y creación de aplicaciones móviles.
México, apoyado en su papel en el comercio mundial, se mantiene fuerte en las variables relacionadas con el comercio, como las importaciones y exportaciones de alta tecnología y las exportaciones de bienes creativos.
Brasil, la economía más grande de la región, ocupa el puesto 66 a nivel mundial en el ranking de este año. Las fortalezas de este país incluyen variables importantes como los gastos de I + D y las empresas globales intensivas en I + D, y la calidad de las publicaciones científicas y las universidades. También es el único país de la región que alberga grupos de ciencia y tecnología entre los 100 mejores grupos de Ciencia y Tecnología del mundo.
Bolivia: desempeño en el IGI
Bolivia ocupa la última posición de los países latinoamericanos en el ranking global de innovación. Ubicándose en la posición 110 de 129 economías. Respecto a la gestión pasada se puede ver una mejora de 7 peldaños en el ranking que se debe por un lado a la mejora del rendimiento de un puntaje de 22,9 en el 2018 a un puntaje de 24,8 sobre 100 puntos y por un efecto estadístico al ingresar 3 países más al ranking en esta gestión.
Por otro lado, a nivel de pilares, las debilidades se sitúan en las instituciones, los resultados creativos y el manejo del conocimiento para obtener resultados tecnológicos.
Si bien hay mejoras respecto a la gestión pasada el desafío de la innovación sigue siendo bastante grande para Bolivia y para América Latina. Estos resultados requieren un trabajo articulado entre el sector privado, el sector público y la academia para fortalecer primeramente el sistema educativo, como promotor clave del desarrollo de la I+D y por otro lado la empresa, enfocados en un motor productivo con mayor grado de diversificación.