Santa Cruz sigue demostrando ser la región con mayor crecimiento y dinamismo de Bolivia, sin embargo el actual escenario económico del país y la región, con una marcada desaceleración que afecta la demanda y el consumo, hace que el sector hotelero se vea frente a desafíos importantes para los próximos años y en la necesidad de plantear nuevas estrategias.

Santa Cruz es la región con mayor crecimiento y dinamismo del país, manteniéndose como uno de los principales motores de la economía boliviana. En los últimos años ha venido atrayendo inversiones importantes en muchos sectores como la construcción, el comercio, la hotelería y la gastronomía, entre otros, y esto ha generado una intensa actividad económica.

Sin embargo, en este último tiempo ya se sienten los efectos de la desaceleración económica que se vive en la región, no solo en Santa Cruz sino en todo el país, ya que nos encontramos en pleno cambio de ciclo a nivel macro y microeconómico. El auge se ha terminado y muchas empresas ven la necesidad de hacer ajustes tanto tácticos como estratégicos.

Desde la Cámara Departamental de Hotelería de Santa Cruz comparten su visión sobre la actividad hotelera y gastronómica actual, que se ha visto motivada por el periodo de auge anterior para realizar muchas inversiones con el fin de incrementar la oferta de hotelería cinco estrellas. “Esos períodos destacados de crecimiento han sido tomados como base para las proyecciones previendo un crecimiento sostenido, sin embargo la realidad será otra, sin duda”, sostienen desde la entidad hotelera.

Desde 2016 han llegado a Santa Cruz cadenas internacionales como Hampton In, Radisson, Marriott y están en curso proyectos como Swissotel, Novotel y Sheraton, que ya están llevando al sector a una marcada sobreoferta que redunda en una intensa competencia, especialmente de precios, que sin duda beneficia al cliente pero que pone en situación crítica a esos emprendimientos que deberán hacer muchos esfuerzos para salir adelante y consolidarse.

Habrá por delante años difíciles en el sector hasta que la demanda alcance por lo menos un 70% de ocupación promedio y las tarifas se estabilicen en un nivel razonable para que las inversiones sean rentables.

En la gastronomía ha pasado una situación similar, al ser un sector de fácil acceso y de menor inversión que en la hotelería, la oferta se ha incrementado mucho justo cuando la demanda ha comenzado a desacelerarse, se estima que hay una caída en este sector del 15% en lo que va del primer semestre de 2019.

 

Demanda en la hotelería cinco estrellas

Con respecto a la demanda, desde la Cámara Departamental de Hotelería explican que se ha presentado una situación peculiar, ya que en 2017 la hotelería cinco estrellas participaba con un 49% del total de la demanda, el 2018 paso a 54% y el 2019 está en 61%, esto se dio por la fuerte disminución en las tarifas que ha ocasionado que huéspedes de cuatro estrellas migren a los de 5 y los de 3 a 4, y así sucesivamente. Las tarifas en Santa Cruz de los hoteles cinco estrellas están alrededor de un 40% más bajas que en los países vecinos.

Según cifras de esta institución la demanda total de hotelería creció 2% en 2015, cayo 8% en 2016, creció 5% en 2017, cayo 8% en 2018 y viene cayendo 1% en 2019. En el segmento 5 estrellas, la demanda creció 4% el 2015, cayo 7% en 2016, creció 9% en 2017, creció 2% en 2018 y viene creciendo 13% en 2019.

En el cuadro de balance de oferta y demanda proyectado se puede apreciar la situación mencionada en la que la oferta crecerá a un ritmo mucho mayor que la demanda, a la fecha se podría decir que la oferta es casi el doble de la demanda, según cifras también de la Cámara Hotelera, la ocupación del primer semestre de 2019 en la hotelería cinco estrellas es del 55%.

 

La solución: un desafío de todo el sector de turismo

Ante este panorama, sin duda el desafío no es sencillo e involucra a todos los actores del sector turístico privado y por supuesto a las autoridades e instituciones públicas pertinentes, quienes deberán coordinar el desarrollo de políticas y estrategias para hacer de Santa Cruz un polo de atracción turística.

La tarea fundamental que se vislumbra es convertir a la ciudad en un verdadero centro de convenciones y negocios, donde se lleguen a desarrollar grandes congresos y encuentros internacionales, para generar con ello una intenso movimiento empresarial que se complemente con actividades turísticas y de entretenimiento, activando así diferentes espacios de circulación y estadía, pero por sobre todo de movimiento económico.

Santa Cruz es una ciudad que ha demostrado un crecimiento sostenido y ya cuenta con todas las condiciones para ser un centro de recepción de convenciones a nivel internacional: buen clima, gente joven y hospitalaria, adecuada altura sobre el nivel del mar, situación geográfica privilegiada (Hub aeronáutico), infraestructura (hotelería y gastronomía) y crecimiento económico.

Se trata entonces de trabajar de forma coordinada entre todos los sectores directamente vinculados con la recepción de visitantes que llegan a la ciudad por negocios, para fomentar y promocionar el destino turístico Santa Cruz como centro de eventos y convenciones a nivel internacional.

El turismo de negocios es muy beneficioso para un país, no solo porque se da a lo largo de todo el año (y no solo en época alta), sino también porque este tipo de visitantes suele tener alto nivel adquisitivo, se trata de un consumidor que deja buenos ingresos a la ciudad o país sede de un evento. Para ello se necesita de infraestructuras de calidad como hoteles de alto nivel, salas de congresos, conexión a internet, transporte, oferta gastronómica y variedad de atracciones en los alrededores para los espacios de descanso entre reunión y reunión. Aspectos con los que Santa Cruz ya cuenta.

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