Una de las transformaciones más importantes en los dos últimos siglos ha sido la urbanización. Su efecto positivo en la actividad económica y el bienestar de sus habitantes los ha hecho polos de atracción. El artículo del Centro Boliviano de Estudios Económicos CEBEC-CAINCO, discute los desafíos de las ciudades a la luz de quienes estudian el tema con rigor.
El título: “El triunfo de las ciudades. La aclaración del título: “Cómo nuestra mejor creación nos hace más ricos, más inteligentes, más ecológicos, más sanos y más felices”. El autor: Edward Glaeser. Su trayectoria: profesor de Harvard, especialista en economía urbana más reconocido en el mundo según las estadísticas de citas en economía (REPEC) y uno de los economistas top 50 en toda la ciencia económica.
En el libro, el autor resume varios años de investigación académica sobre las ciudades y su importancia. Muestra que, contrario a lo que se podría pensar, las ciudades son los espacios económicos por excelencia, caracterizados porque existe un alto grado de conectividad entre los diferentes actores de la economía. Además, indica que la confluencia disminuye los costos de provisión de salud y educación. Y es enfático en señalar que si existen espacios ecológicos, éstos son las ciudades en cuanto y tanto sean bien planificadas.
Glaeser no es extraño de las tierras del Piraí. Tuvimos la fortuna de tenerlo en 2015 en el marco de la XX Reunión de la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Economistas. En ella, tuvo el rol de orador principal con el tema “Ciudades, transporte y el mundo en desarrollo”.
Este artículo aborda de manera general la temática del Foro Económico 2019 de CAINCO, cuyo tema versará sobre las ciudades y metrópolis como espacios económicos de producción de bienes, servicios e ideas. En ella expondrán especialistas del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y de CAF-Banco de desarrollo de América Latina.
Una visión preliminar: urbanismo y desarrollo
Al igual que en otros campos de los estudios sociales como la psicología, la educación y la salubridad, el análisis económico ha ocupado cada vez más el espacio de los estudios urbanos. Este aspecto estaba usualmente estudiado por demógrafos, arquitectos y urbanistas.
La explicación más sencilla de este gradual acercamiento es que la productividad es más alta a medida que hay un mayor grado de urbanización. Los gráficos adjuntos sugieren que la productividad por persona es más alta cuanto más urbanizado es un país; o cuanto más alta es la población que vive en aglomeraciones más grandes de un millón ocurre lo propio.
La explicación de esta asociación positiva radica en los beneficios de la aglomeración. En efecto, la concentración de personas y su interconexión facilita que ideas, financiamiento y personas con habilidades puedan interactuar y generar de forma rápida y oportuna actividad económica. Si todas ellas estuviesen dispersas, sería mucho más costoso este proceso y, eventualmente, no se observarían varias actividades económicas.
Puesto que las ciudades son polos de desarrollo, es una tendencia natural que la población migre de centros rurales menos comunicados a las ciudades. Cuando éstas crecen se vuelven eventualmente metrópolis, compuestas por varias conurbaciones aledañas. De esa forma, las sociedades pasan de una economía rural a pequeña escala a una metropolitana con producción más alta.
Esa característica también ha ocurrido en el país, puesto que el Informe Nacional sobre Desarrollo Humano “El nuevo rostro de Bolivia. Transformación social y metropolización” calcula que la mitad del Producto Interno Bruto (PIB) boliviano se produce en las tres regiones metropolitanas del país: Santa Cruz, La Paz y, en menor medida, Kanata, que es el nombre oficial de la región de Cochabamba.
Esa tendencia irá en aumento porque las proyecciones de composición de la población en urbano y rural indican que hasta mediados del presente siglo más del 80% de los bolivianos viviremos en ciudades. Esto no significa que la población en las áreas rurales disminuirá, sino que se estabilizará en torno a los tres millones de habitantes, agrupados en ciudades pequeñas, como muestra el gráfico adyacente.
Esta transición, que ya se observa desde el siglo pasado, implica desafíos y oportunidades. Uno de ellos es proveer las condiciones necesarias para que la actividad económica genere empleos y emprendimientos urbanos. Como lo señala Glaeser en una investigación más reciente (2017), “Reducir las externalidades negativas [efectos no deseados] de la vida urbana requiere una combinación de infraestructura, incentivos e instituciones. Las más apropiadas instituciones pueden significar autoridades independientes, asociaciones público-privadas y entidades sin fines de lucro, según sea el contexto”.
Construyendo ciudades productivas, sostenibles y con futuro
El tema de urbanización, productividad y crecimiento es también de interés en Latinoamérica. Es por eso que el Banco Mundial publicó el año pasado el reporte “Subamos el estándar para ciudades productivas en América Latina y el Caribe”. De hecho, el estudio se presentó a fines de la gestión pasada en un evento co-organizado entre el Banco Mundial y CAINCO en nuestra ciudad.
En el estudio se destaca que los conglomerados urbanos tienen efectos tanto positivos como negativos. Los primeros son los de aglomeración que ya mencionamos: diversidad de ideas, de mercados, de empresas, de emprendedores y de trabajadores que pueden disminuir los costos de un emprendimiento. Mientras que los segundos son de congestión, ya sea en sus facetas vehicular, delictiva y ambiental. Los primeros gráficos de este artículo apuntan a que las economías de aglomeración serían mayores que los de congestión.
En el estudio concluyen que en los determinantes de la productividad en los espacios urbanos podrían estar explicados por la forma de la ciudad, su interconexión con otros mercados y las habilidades de sus trabajadores. Los resultados del análisis son concluyentes: el capital humano es el principal determinante para aumentar la productividad, seguido por la conectividad, mientras que la forma no resulta ser importante para la actividad económica en este estudio de conjunto de las 64 mil ciudades en el mundo, de las cuales 7 mil están en nuestra región.
Algunas recomendaciones de política que se encuentran en el documento apuntan en la dirección de mejorar nuestros centros urbanos. Uno de ellos es mejorar la coordinación entre los distintos órganos jurisdiccionales de las metrópolis. Otro es mejorar la educación, centrada en cerrar la brecha de habilidades. Es decir, que las personas puedan pasar del conocimiento a la aplicación: del saber al “saber hacer” o know-how.
A su vez, el Banco Interamericano de Desarrollo ha promovido el concepto de “ciudad emergente y sostenible”, que cumpla tres características básicas de sostenibilidad: ambiental, urbana y fiscal/gobernabilidad. Para ello implementó un programa de asistencia técnica a varias ciudades de la región.
En el caso boliviano el programa se implementó en Cochabamba. El diagnóstico, la primera etapa de este programa, mostró en dicha ciudad una realidad compartida en las otras urbes: baja sostenibilidad ambiental, problemas de planificación urbana y, en menor medida, de gobernabilidad. Las acciones en varios casos son básicas y esenciales para cualquier centro urbano como son la dotación de redes de alcantarillado.
El programa del BID ya ha concluido, pero su asesoramiento técnico continúa mediante la División de Vivienda y Desarrollo Urbano, que ha estado enfocada en temas como igualdad de género, medios alternativos de transporte, la construcción de ciudades inteligentes (Smart cities), sistemas de transporte, entre otros.
De igual forma, la que fue la Corporación Andina de Fomento (CAF), hoy convertida en CAF-Banco de desarrollo de Latinoamérica, tiene también una unidad dedicada al estudio de las ciudades como centros de producción. Por su naturaleza y orientación, se han concentrado en aspectos de infraestructura, mitigación de desastres naturales, etc.
Sin embargo, uno de los proyectos más emblemáticos y auspiciosos es el de “Ciudades con Futuro”. Éste se basa en cuatro pilares: sostenibilidad, eficiencia, competitividad e inclusividad. Uno de sus programas situados en el ámbito de competitividad es el de “Transformación productiva”, que apunta precisamente a promover el emprendimiento, la asociatividad y la formación de capital humano.
En síntesis, el enfoque de apoyo al desarrollo de las entidades internacionales se ha tornado de una promoción de espacios rurales y agrícolas propios del siglo XX hacia la paulatina consolidación de los centros urbanos como espacios productivos por excelencia. La realidad de lo urbano y lo metropolitano reflejan cada uno de dichos esfuerzos.
Los desafíos para la Santa Cruz
En este momento Santa Cruz de la Sierra y los municipios aledaños (Warnes, Cotoca, La Guardia, El Torno y Porongo) constituyen el área metropolitana más grande de hecho en Bolivia. Su población sobrepasa los dos millones de habitantes y su aporte el PIB del país es de 22% según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.
En la segunda mitad del siglo XX, el Departamento y los centros urbanos mencionados experimentaron un crecimiento sin precedentes liderado al inicio por la riqueza hidrocarburífera, posteriormente plasmada en la conexión territorial con otros mercados, que le habilitó vender su producción agropecuaria, en virtud a la sólida institucionalidad construida. Esos son los resultados de la propuesta de desarrollo “Desafíos del Siglo XXI para Santa Cruz y Bolivia”, presentado en 2016.
Uno de los desafíos en el ámbito demográfico es el de metropolización. En los últimos meses la discusión pública ha girado en torno a algunos aspectos de estos como la construcción de vías de acceso entre los municipios y la implementación de un sistema de transporte. Los argumentos e inquietudes surgidas muestran la necesidad de ver una región metropolitana consolidada.
Si bien existe el interés de los gobiernos municipales de conformar una región, en el sentido que lo señala la ley, o un área, un municipio liderando el desarrollo de sus pares, es necesario pasar de la reflexión a la acción. Transitar de la protección de áreas o especies específicas a la planificación integral de la sostenibilidad ambiental.
La discusión es necesaria y, por esa razón, CAINCO organizará el Foro Económico 2019 centrado en la ciudad como un espacio de desarrollo productivo. Se desarrollará el próximo 17 de julio en instalaciones de la Cámara con la presencia de representantes de alto nivel de las entidades señaladas, así como de autoridades, empresarios, académicos y sociedad civil.
El fin último es que de una visión más integral y holística se puedan generar consensos para hacer de la Santa Cruz (los municipios que constituyen el área metropolitana) un espacio productivo y competitivo de éxito en el siglo XXI.