Se está hablando en el ecosistema empresarial global de “Holocracia” como una novedosa forma de organización que supone un cambio en el modelo de gestión y funcionamiento tradicional de las empresas. Patricia Hurtado, Gerente de Estudios de CAINCO nos explica de qué se trata este nuevo concepto de gestión empresarial.

El concepto de Holocracia (www.holacracyone.org) fue creado por Brian Robertson, fundador de Ternary Software, como una opción intermedia entre las formas jerárquicas tradicionales propias de la era industrial y las formas de gestión horizontales más propias de la era del conocimiento y la innovación.

En su libro Holocracia, Robertson plantea los siguientes postulados básicos que sustentan una empresa u organización holocrática:

  1. “Reglas de juego” para redistribuir la autoridad. En las organizaciones que adoptan la holocracia no es necesaria la existencia de tantos jefes, la toma de decisiones se realiza de forma colectiva, por lo tanto “la cooperación entre los miembros del equipo está por encima del control del jefe”. Eso sí, todo el equipo estará alienado con el mismo objetivo partiendo del supuesto de que todos tienen la oportunidad de aportar desde sus diferentes visiones y que la diversidad y pluralidad de ideas y visiones constituyen uno de los grandes valores de este sistema.
  2. La estructura está definida por roles, no por organigramas, a decir de Robertson la geometría del managment cambia de “pirámides a círculos”. Los equipos se estructuran y desestructuran de forma circular y en función de los objetivos que persiguen, mecanismo propicio en un entorno dinámico y cambiante. Las personas actúan como nómadas dentro de la organización cambiando de un equipo a otro. No hay organigramas, sino equipos de trabajo.
  3. Es una forma de organización flexible, dinámica, pero sobre todo profundamente orientada a lograr resultados.
  4. La constitución de la holocracia actúa como el reglamento básico de la organización, es un documento marco que puede ser aplicable a cualquier organización que quiera adoptar este sistema. En ésta se define el proceso de toma de decisiones, los roles, los círculos de autoridad. Todos estos aspectos están sintonizados bajo un objetivo definido.

“La tecnología social que sustenta las empresas modernas se ha convertido en el principal obstáculo para su evolución y adaptabilidad, atrapándolas en un diseño de la era industrial”, Brian Robertson, Holocracy.

Una de las virtudes del sistema holacrático es que los jefes ya no asumen y responden por todo y por todos, dejan de ser omnipotentes, hay cada vez más líderes y menos jefes, a su vez cada trabajador asume la responsabilidad y la competencia según su rol asignado y el objetivo común de la organización. El poder que tenían los jefes se distribuye ahora entre cada uno de los empleados.

Si bien la holocracia no es la fórmula perfecta, y tampoco resolverá todos los dilemas de una organización, según su autor, permite superar el sistema jerarquizado de autoridad que conduce a una relación entre el jefe y el subordinado casi paterno – filial, en la que el subordinado pudiendo contar con autonomía de decisión debe consultar y someter todo a criterio del jefe.

Este sistema de jerarquías que está profundamente enraizada en nuestra cultura organizacional queda desafiado por la holocracia que plantea una relación diferente, una relación entre adultos autónomos que se autogestionan, cada uno de los cuales tiene el poder para «dirigir» su propia función al servicio del propósito de la organización.

Hace muchos años que se habla y escribe sobre las limitaciones del sistema de organización tradicional basado en estructuras jerárquicas. Las teorías del liderazgo compartido, liderazgo colectivo, liderazgo lateral, liderazgo participativo abogan porque el proceso de toma de decisiones en las organizaciones no sea siempre de arriba hacia abajo, sino también pueda ser al revés.

La holocracia da cabida plena a esta teoría y el desafío para las organizaciones más que adoptarlas formalmente, será practicarla y convertir a las empresas en verdaderos ecosistemas de innovación. Una organización enfocada al emprendimiento y al liderazgo ejercido por cada persona, cada uno en su papel, y en la que se supone que se incrementan la agilidad, la eficiencia, la transparencia, la innovación y la responsabilidad.

Empresas como Netflix y Zappo han adoptado esta forma para gestionarse, la misma que parece sintonizar de forma perfecta con las nuevas generaciones y con el desarrollo tecnológico, de hecho, menos reuniones físicas, más reuniones virtuales, menos horarios y más objetivos encajan perfectamente en este modelo de gestión en el que el uso de la tecnología juega un rol primordial.

Lo más virtuoso de la holacracia es que empodera a las personas para tomar decisiones significativas en la búsqueda del propósito de su organización, pero también para muchos hace parte de su salario emocional, el que no se toca, no se ve, pero se siente.

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