Fernando Hurtado toma las riendas de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz CAINCO como presidente para la gestión 2019 – 2020. Lo hace con el compromiso de quien sabe que todo se construye con esfuerzo y constancia.
¿Quién es Fernando Hurtado?
Soy es un empresario del sector salud. Mi principal actividad está concentrada en HP Medical, empresa de distribución de productos e insumos médicos de la que soy Director Ejecutivo.
Vengo de una familia que reconoce y sabe que todo se puede lograr con esfuerzo. Vengo de una empresa de gente que madruga mucho y que cuida su producto, que sabe que su trabajo es fundamental para los demás.
Santa Cruz me ha dado tanto y desde la dirigencia empresarial quiero retribuir aportando al desarrollo de esta región incorporando innovación y potenciando la dinámica emprendedora de los empresarios, abriéndoles más oportunidades de negocios.
¿Cuáles han sido los logros más significativos en su vida empresarial?
Es difícil pensar en logros personales significativos porque siempre hemos trabajado en equipo. En el contexto de la empresa familiar, todo lo que hemos logrado, desde el crecimiento continuo, la modernización de la gestión, hasta la mejora en los servicios, es fruto de un trabajo en equipo con mis hermanos inculcado por mis padres quienes también continúan muy activos. Siempre hemos sido inquietos, hoy uno de los desafíos es llevar adelante el proyecto de la Clínica Metropolitana de las Américas como accionistas dentro de un gran grupo de inversionistas. Eso también es un trabajo en equipo que contribuirá a cubrir una de las necesidades más apremiantes de la sociedad, como es una salud de calidad.
¿Cómo recibe la responsabilidad de estar al frente de una institución centenaria y representativa del desarrollo cruceño como es CAINCO?
Es un gran reto porque estamos en un cambio de ciclo. Estamos frente a la Cuarta Revolución Industrial, la de la robótica, de la transformación digital de las empresas, la del internet de las cosas. Eso nos obliga a repensar la forma de encarar los procesos productivos y cómo impulsar la vocación productiva de nuestra región frente a esta realidad.
También vemos cómo nuestra economía ha entrado a un crecimiento bajo, después de unos años de auge económico. El mundo también tiene bajos niveles de crecimiento gracias a la lucha comercial que están librando China y Estados Unidos, entre uno de los factores externos.
En ese contexto, siento que estamos en el lugar apropiado para ser la punta de lanza de la modernización en Bolivia. Ese lugar se llama Santa Cruz. Ese lugar se llama CAINCO. Necesitamos profundizar en sus rasgos principales para convertirla en una casa aún más abierta, más integradora, más incluyente y más influyente todavía. Tenemos el conocimiento, estamos en la posición geoestratégica adecuada: disponemos de la experiencia y el compromiso para llevar adelante esa modernización que el nuevo tiempo requiere.
¿Cuáles considera que deben ser las prioridades que marquen la gestión que le toca encabezar?
Las anteriores gestiones desarrollaron una labor brillante haciendo una lectura del nuevo escenario en el que se debe mover el empresario. Nuestras prioridades deben moverse en diferentes frentes.
Es fundamental tener claro que el empresario es todo aquel que arriesga su patrimonio para enriquecer todo su entorno. Eso incluye al empresario que tiene su tienda de barrio, al empresario que tiene una tienda en la feria de barrio lindo, al empresario que tiene industria y continuamente invierte para mejorar e incrementar su producción, que presta servicios de todo tipo y al que cada vez abre más tiendas de comercio para penetrar el mercado.
A nuestros asociados, la prioridad está en reafirmarles que esta es su casa y las puertas como siempre están abiertas para trabajar en las herramientas de gestión empresarial que le permita desarrollarse en un nuevo escenario altamente tecnológico y digital, de tal forma que el nuevo ciclo pueda ser trascendido por las empresas y que puedan sobrevivir y, pese a las condiciones adversas, crecer.
A los que vienen, en especial a los jóvenes y a todos los emprendedores y empresarios actuales, insistir que no es necesario ser una empresa con décadas de trayectoria para que se acerquen a nosotros. Queremos que todas las empresas privadas crezcan, para eso necesitan herramientas, nuevas redes para hacer negocios e invertir en innovación.
También tenemos que seguir trabajando en mejorar las condiciones para el empresario. Es fundamental seguir tendiendo puentes con todos los niveles de gobierno con la finalidad de darle a todos esos empresarios incentivos para invertir y seguir creciendo. No se puede seguir trabajando con fiscalizaciones excesivas que abultan las cargas tributarias, con trámites interminables, con una política laboral que limita la productividad y no coincide con la nueva situación económica mundial. Necesitamos dialogar para trascender estos obstáculos e impulsar una Bolivia moderna y adecuada a los nuevos tiempos.
Las empresas requieren de condiciones para seguir desarrollándose, y bajo las condiciones normativas actuales es muy difícil lograr este objetivo.
Necesitamos poner en la agenda la evolución hacia un ordenamiento de la economía, que reivindica y valora a la iniciativa privada, que es la que crea oportunidades y trabajo, frente un modelo que, si bien ha funcionado en épocas de bonanza, muestra ya signos de llegar a sus límites.
Todo esto exige creatividad y la exploración de nuevas fórmulas de actuación. Debemos volcar la atención para impulsar la microeconomía con políticas de fomento sectoriales, con nuevas fórmulas de financiamiento del emprendedor.
Debemos buscar esa sincronización entre la inversión pública y privada como se hizo con los Bio combustibles y los Puertos. Ya no solo es importante, sino también urgente la creación de infraestructuras críticas para el país que continúan pendientes. Por citar algunas y solo refiriéndome a las de esta región: Rositas, Mutún, Hub de Viru Viru y Puerto Busch.
¿Cómo evalúa el momento económico y productivo que se vive en el país actualmente?
Como ya señalamos está empezando un nuevo ciclo en el mundo: la Cuarta Revolución Industrial que venía anunciándose ya está aquí para transformar nuestras vidas, nuestras empresas, nuestros gobiernos y nuestras relaciones. Este es un tiempo en el que debemos celebrar la importancia del emprendimiento privado y lo importante que es para la generación de oportunidad y riqueza en la sociedad.
Y hoy, tomando en cuenta que estamos en un escenario de crecimiento bajo, es fundamental trabajar para remontar esta situación.
En ese sentido es fundamental que se coordinen acciones entre los sectores productivos y también con las diferentes esferas de Gobierno, con el objetivo de establecer mejores condiciones para el desarrollo de la actividad productiva. En este último periodo se ha comenzado a abrir un espacio en este sentido con la consolidación de proyectos con un importante impacto en la agroindustria y la actividad exportadora. Hay que dar continuidad a estas iniciativas y seguir desarrollando otros proyectos que sean de impacto casi inmediato en el economía local y nacional. De lo contrario corremos el riesgo de que en los próximos años el nivel de crecimiento siga cayendo.
En este marco, ¿cuáles considera que son las principales oportunidades que tiene el sector empresarial cruceño para crecer? ¿Y cuáles los mayores obstáculos?
Es innegable que la vocación productiva de la región está enmarcada en el agro y en la industria. En ese sentido la producción de alimentos con valor agregado es uno de los aspectos que debemos fortalecer y eso se logrará gracias a la incorporación de investigación e innovación en los procesos productivos. Hacer de Santa Cruz una tecnoagrópolis es una oportunidad que tenemos que aprovechar.
Por el lado de los obstáculos tenemos los temas normativos y regulatorios que se deben adecuar a la realidad actual. Por ejemplo, las normativas laborales tan rígidas están evitando que las empresas destinen recursos a inversiones en innovación y en la generación de nuevas fuentes de empleo.
La inversión pública por sí misma no llevará a un crecimiento de la economía suficiente para superar de forma sostenible la pobreza y la inequidad social. Sólo si la inversión pública busca y logra sincronizarse con la inversión privada tal como se ha hecho con el etanol y los puertos, tendremos el impulso requerido para transformar a nuestro país.
Eso supone que tenemos que levantar prohibiciones y despojarnos de viejas taras. Debemos levantar prohibiciones que perjudican al desarrollo productivo.