- El Ingeniero Industrialista Argentino Marcelo Diamand describía en 1983 que su país se había caracterizado por tener cambios bruscos y frecuentes en la política económica, similares a las de un péndulo que oscila de una corriente expansionista (popular) a una ortodoxa.
- La primera se refiere a las “aspiraciones de las grandes masas de la población” que busca la distribución progresiva del ingreso y el pleno empleo, implementando mayores beneficios sociales, aumentos en el salario nominal que a menudo van acompañados de controles de precios, un tipo de cambio y tarifas de servicios básicos sujetos a mantener un costo de vida bajo y alto nivel de demanda. En esta etapa los salarios reales aumentan, el crédito es accesible y la actividad económica despega.
- Sin embargo, este impulso no llega tener mucha duración, según Diamand el déficit fiscal aumenta, la balanza comercial se desestabiliza, comienzan las protestas, el desabastecimiento, se dispara la inflación, se agotan las reservas de divisas y se genera una crisis en la balanza de pagos con lo que el proceso de expansión culmina en una situación caótica y un cambio de gobierno.
- Las corrientes ortodoxas llegan al poder en medio de esta situación caótica e intentan revertirla con paquetes que implican una devaluación de la moneda, caída en los salarios reales, restricción monetaria, recesión y aumentan los esfuerzos por capitales extranjeros.
- Si bien en un inicio la política ortodoxa en un principio tiene éxito conteniendo la inflación, de repente los capitales extranjeros que estaban ingresando comienzan a salir, las reservas nuevamente comienzan a caer, se devalúa la moneda, caen los salarios reales, disminuye la demanda, se dispara la inflación y se cae en una recesión mucho más aguda que la anterior y que probablemente impulse un nuevo cambio de gobierno.
- Ese péndulo continúa oscilando hasta el día de hoy.
- La actual Administración asumió el poder en diciembre de 2015 luego de 12 años y medio de un gobierno popular.
- Recibió un país agobiado por severas dificultades económicas: un déficit fiscal próximo al 6% del PIB, una inflación cercana al 30%, controles administrativos en precios, subsidios a la energía y transporte, restricciones a exportaciones de productos agropecuarios y barreras a las importaciones. Recibió además un cepo cambiario que restringía la compra de dólares ante un nivel de reservas internacionales que disminuían con rapidez y que no hizo más que crear un mercado paralelo.
- Macri implementó medidas para ordenar la casa. Principalmente unificó el tipo de cambio eliminando controles cambiarios y permitió que se determine libremente, además de liquidar contratos a futuro en el mercado de divisas.
- Paralelamente impuso un esquema de metas de inflación e inició el realineamiento de los precios de los servicios básicos junto con una serie de recortes en el gasto público.
- Si bien estas acciones van en la dirección de corregir las distorsiones descritas, el descontento del pueblo creció ante la crisis cambiaria de 2018 cuando el peso argentino perdió más de la mitad de su valor con respecto al dólar, generando presiones inflacionarias de casi el 50% y con ello la caída del salario real formal cercana al 12%, la más alta desde 2001-02.
- A ello se sumó los efectos del recorte en el gasto público y la remoción de subsidios que desencadenaron un incremento promedio en las tarifas del transporte público cercano al 117% en 2018, un aumento del 78% en los precios del gas y 46% en los precios de la energía eléctrica, las que continuaron subiendo en lo que va del año.
- Las elecciones primarias llevadas a cabo el pasado 11 de agosto donde el peronista Alberto Fernández obtuvo el 48% de los votos contra el 32% del presidente de turno muestran que las políticas populares estarían de regreso probablemente mucho más antes que se elija un nuevo mandatario tal como lo demuestra el anuncio de Macri para reconquistar las esperanzas de los argentinos con un plan de corto plazo para brindar alivio a un 38% de los argentinos, con recortes en el impuesto a las ganancias, el pago de un bono a funcionarios públicos, pagos extra para la asignación universal por hijo, el aumento del salario mínimo y el congelamiento de los precios del combustible por tres meses, políticas que se asemejan a las de un periodo de gobierno anterior cuando el péndulo mencionado por Diamand se encontraban al otro lado.