Economía

Latinoamérica a distintos ritmos de crecimiento

  • En 2009 el destacado economista Sebastián Edwards señaló en su libro Populismo o mercados: el dilema de América Latina, que nuestra región estaría compuesta por tres grupos según su desempeño o, como titula su último capítulo “Una América Latina a tres velocidades en el siglo XXI”.
  • En criterio de Edwards, el primero grupo estaría conformado por países populistas y contrarios a la globalización; un segundo con economías que no serían ni populistas, pero tampoco avanzarían en la dirección de promover mayor productividad y eficiencia; y un tercer grupo con países que apuntarían a que sus economías puedan mejorar con reformas estructurales.
  • En el primer grupo de países, Edwards consideraba que estarían Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua, mientras que en el tercero sólo estaría compuesto por Chile, quedando el resto de los países en la categoría intermedia.
  • ¿Cómo ha evolucionado el ambiente económico latinoamericano diez años después de ese análisis?
  • Para comprender que está sucediendo en América Latina en esta visión, es preciso definir qué es populismo. En el caso de la visión desde la ciencia política que caracteriza a países populistas como aquellos que enfatizan lo colectivo, van contra la ortodoxia y tienen una visión polarizada, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, El Salvador, México y Brasil (en ese orden), entrarían en esta clasificación según el proyecto sobre populismo entre Brigham Young University y The Guardian.
  • Pero si tomamos como referencia la definición de Edwards y su difunto coautor Rudiger Dornbusch, que enfatizan los desequilibrios fiscales y la inflación para la redistribución, el grupo de países populistas en el ámbito económico se reduce a Venezuela y a Argentina. Esta última visión es la que es más acorde con los resultados económicos en términos de inflación y caída de la actividad económica.
  • Esto nos deja entonces en realidad con dos grupos de países. El primero que tiene serios desequilibrios económicos, políticos y sociales entre los que se encuentran Venezuela y Argentina. Y un segundo grupo que contiene al resto de los países latinoamericanos.
  • En el primer caso, conviene reparar que ambos países tienen en común problemas estructurales agudos que se han manifestado no sólo en el ámbito económico, sino también en los aspectos político y social. Problemas de gobernabilidad, tensiones sociales, imposibilidad o bajo grado de maniobra de las políticas económicas, son algunas de estas características.
  • Lamentablemente, el problema más severo y que ha llamado la atención mundial es el de Venezuela, en el cual la producción ha colapsado, la provisión de bienes y servicios básicos es escasa y ha existido una diáspora de venezolanos a otros países. Los cálculos de analistas de dicho país que integran la Alianza Latinoamérica de Consultoras (LAECO por sus iniciales en inglés), muestran que el ingreso por habitante ha retrocedido al nivel de hace setenta años, al igual que la producción de hidrocarburos.
  • La solución a este descalabro económico pasa por el ámbito político y el rol de la comunidad internacional, en especial en el periodo de recuperación. Pasará desafortunadamente a la historia económica mundial como uno de los “experimentos naturales” más dramáticos en la región por su severidad.
  • En cuanto a Argentina, los desequilibrios no han podido solucionarse aún con la renovación de las autoridades y del enfoque de política. La inflación permanece por encima de 20%, el déficit fiscal es todavía agudo y el país vecino experimenta una recesión nuevamente. El ajuste en este caso es más moderado, pero requerirá de un consenso político importante para mejorar en principio la administración macroeconómica.
  • En cuanto al resto de los países de la región, su situación económica podría resumirse como el segundo grupo al que aludió Edwards en su libro de 2009: aquellas que no se encuentran plenamente en el ámbito de políticas populistas (en el sentido económico), pero que no han implementado de forma decidida reformas estructurales para mejorar el crecimiento y la productividad.
  • ¿Cuáles son las perspectivas para 2019 y 2020 para estas economías?
  • Para tal efecto, utilizaremos información exclusiva de la Red LAECO, que reúne a las principales firmas de consultoría económica independiente de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú, Uruguay y Venezuela, que explican más del 90% del PIB regional. Se debe mencionar que el Centro Boliviano de Economía (CEBEC) de CAINCO es el representante de esta prestigiosa alianza en el país.
  • La Red se congregó en el primer Congreso de Prospectiva Económica Latinoamericana 2019 con sede en Bogotá, Colombia los pasados 13 y 14 de marzo pasado, evento organizado por Econometría Consultores de Colombia.
  • En ellas se presentó el indicador LAECO-10, que mide el PIB de los 10 países señalados, que tendrá una expansión modesta de 1% en 2019, similar a la observada en 2014 y 2017 y una aceleración casi a 3% en el año venidero. Esta figura de aceleración gradual del crecimiento en la región se hace más clara, si se excluye a Venezuela (LAECO-9) y a Argentina (LAECO-8).
  • Esto va en línea con la progresiva mejora de la situación macroeconómica de los países señalados, con la excepción y gran interrogante de Venezuela, aunque la persistencia de varios problemas estructurales, que deben ser analizados.
  • En esta cita, LAECO planteó la necesidad de fortalecer la integración regional, la inversión y el comercio, con el fin de contribuir al restablecimiento de los desequilibrios macroeconómicos, principalmente externo y fiscal en los diversos países. Igualmente, manifestó la imperiosa búsqueda de la diversificación de las economías y la consecuente posibilidad de generar mayores ingresos externos y la necesidad de crear una agenda común para la generación de las políticas que ayuden a la inserción en la nueva economía digital.

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