En los últimos meses se ha intensificado gradualmente la discusión política en nuestro país orientada a la elección presidencial de octubre de este año. Sería aún más útil para la sociedad si además involucrase los aspectos económicos y sociales que determinan mejores y más oportunidades y empleos, así como políticas públicas más efectivas para la población.
Además, el debate económico se ha centrado exclusivamente en el crecimiento económico, debido a que nuestro país ha estado a la cabeza de Sudamérica durante varios años desde 2009. Esto es positivo, pero no es suficiente para otros aspectos de la vida de los ciudadanos y de los países, como se mostrará a continuación.
Prioridades económicas
Existen otros criterios que consideramos se debe poner atención y que los repasamos brevemente con la ayuda del gráfico adjunto, el cual muestra la posición de Bolivia en el ámbito sudamericano.
Bolivia en el contexto de los indicadores internacionales
- Crecimiento: En el eje crecimiento, podemos ver que nuestro país está a la cabeza de este ranking en la región.
- Competitividad: Este eje refleja la productividad del país, con una puntuación baja. Nos encontramos en el puesto 105 de 140 de los evaluados por el Foro Económico Mundial. Por eso debemos ver cómo mejoramos los requerimientos básicos (instituciones, educación básica, ambiente macroeconómico, etc.), los aspectos que promueven la eficiencia en los diversos mercados, así como la innovación, la ciencia y tecnología.
- Clima de negocios. Ésta la medimos mediante los indicadores de facilidad de hacer negocios construido por el Banco Mundial. El país se sitúa en el puesto 156 de 190 en cuanto a la facilidad de abrir y operar un negocio. Esta faceta se puede mejorar no sólo con tecnología, sino también con el rediseño o replanteamiento de cada uno de los trámites en cuanto a su función individual y en conjunto, como el procedimiento involucrado.
- Diversificación. Una de las medidas relacionadas en es el Índice de Complejidad Económica, una herramienta construida conjuntamente la Universidad de Harvard y el Instituto Tecnológico de Massachussets, en la cual el país está en el puesto 109 de 127 países. Este tema requiere un enfoque moderno, para el siglo XXI, orientado no sólo a la diversificación en campos tradicionales para el país, sino en los que marcarán la era de la información y el conocimiento.
- Libertad económica: La Fundación Heritage publica el Índice de Libertad Económica, en el cual nos situamos en el puesto 173 de 180. Dejando de lado que sus ponderaciones no necesariamente coinciden con la visión constitucional boliviana, nos plantea la necesidad de mejorar el respeto a la ley, la eficiencia de las regulaciones y la libertad en los diferentes mercados financiero, laboral, internacional, entre otros.
Prioridades sociales
Si tomamos en cuenta los aspectos sociales, también las implicaciones son claras en cuanto a la necesidad de reformar estas áreas para mejorar el bienestar de la población como causa y efecto de mayor desarrollo. En términos específicos:
- Desarrollo humano: Este índice además de lo económico incluye salud y educación; en el mismo nos situamos en el puesto 118 de 189 países según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, evidenciando los problemas relacionados con la falta de posibilidades de mantener o mejorar el talento o capital humano con facilidades sanitarias y de entrenamiento y capacitación.
- Progreso Social Este punto se refiere, tanto en la capacidad de suplir las necesidades básicas, promover el bienestar y la generación de oportunidades. Nos encontramos en el puesto 80 de 146, según el índice construido por la fundación Imperativo para el Progreso Social. En esta mirada, destacan los problemas en justicia, calidad de educación y desnutrición.
- Felicidad Es medida por el Índice de Felicidad construido por la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, de la cual CAINCO forma parte. En la última medición, estamos en el puesto 62 de 156. Esta mejor clasificación relativa puede interpretarse como que la sensación de bienestar a nivel de la población es mejor que la realidad objetiva en el ámbito social.
A la luz de estos indicadores debemos discutir no sólo sobre los aspectos más evidentes del desarrollo, como el crecimiento económico, sino también sobre los factores que lo sustentan como la productividad en sentido amplio, así como los efectos sociales que éstos tienen.
“Debemos pasar de las generalidades a la discusión de propuestas específicas en cada uno de los aspectos que involucran el desarrollo económico y social”